Navegar en Madrid es posible. La Copa de España de Soling se disputó este fin de semana en el Embalse de San Juan

El Real Club Náutico de Madrid cuenta con una flota propia de 14 embarcaciones tipo Soling, clase que fue olímpica entre 1972 y 2000.



3 de junio de 2019

El Embalse de San Juan, Madrid, acogió un año más la disputa de la Copa de España de la clase Soling. Bajo la organización del Real Club Náutico de Madrid, la flota nacional de la que fuera clase olímpica entre los Juegos de Kiel 1972 y Sydney 2000 protagonizó una de las regatas más vistosas del calendario español de aguas interiores con victoria para el “Bondi” de Mikel Álvarez con Eliseo Belzunce y Guillermo Parodi (CN Vitoria).

Un total de 12 tripulaciones se dieron cita en el embalse madrileño con la Copa de España de Soling en liza. La competición se desarrolló entre el viernes 31 de mayo y el domingo 2 de junio y se disputaron un total de ocho pruebas. 

El “Bondi” se impuso en la clasificación final con una ventaja de seis puntos sobre su principal perseguidor, el “Alliv” de Kiko Villa, con Miguel Martínez y Antonio Seghers (CN San Ramón) de tripulantes. El cuadro de honor lo completó el  "Rondam" de Guillermo Parodi (padre), Michele Tognozzi (Secretario Internacional de la Clase) y Tomás Peuvrel, del RCN Madrid.

Cuando la clase Soling dejó de ser olímpica, el Real Club Náutico de Madrid se concentró, según explica su presidente, Adrián Dupuy, en adquirir los barcos que estaban en el mercado, para así poder crear una flota propia en Madrid. Actualmente, el club cuenta con 14 embarcaciones.

El Soling es una embarcación que emparenta con la tradición del Dragon, con el que convivió en los JJOO de Munich. Ambos son veleros pesados y quillados, y se mantienen activos entre los regatistas que disfrutan de una navegación eminentemente técnica, donde el trimado de las velas tiene un papel determinante. 

El Soling es, en este sentido, un exponente vivo de una forma de competir antagónica a las tendencias de vanguardia, en las que la espectacularidad y la velocidad priman sobre el “arte de navegar”. Estas características lo hacen muy atractivo para los amantes de un periodo concreto de la historia de la vela, donde el clasicismo y la modernidad iban de la mano.

El Embalse de San Juan recoge las aguas de los ríos Tajo, Alberche y Cofio. La singularidad de la navegación en lagos y embalses se centra en el tipo de viento que se registra y en que las condiciones de mar son mucho más calmadas que en las zonas de costa.

Poder navegar y competir en zonas de interior es una solución muy arraigada en Europa y España cuenta con varias federaciones y clubes de aguas interiores, cuya actividad es notoria. Facilitar el acceso a la vela a las personas que viven lejos de la costa es el objetivo principal de estas federaciones y clubes que, además, en muchas ocasiones consiguen que sus deportistas despunten y obtengan resultados destacados a nivel internacional.

El presidente del RCNM se muestra muy orgulloso de la actividad del club. “Creo que éste es uno de los clubs que más regatas organiza al año. Todos los fines de semana tenemos regata”. ”No hay Soling más allá que aquí. Somos los que estamos y esta es la regata buena del año", asegura Dupuy. 

Una de las peculiaridades que tiene la navegación en el Embalse de San Juan es, como explica Dupuy, “que aquí las salidas se dan desde el club. El mástil de señales está encima del edificio”.