Final con viento durísimo en Cádiz con vuelco de España incluido

  • Victoria de Australia en una jornada marcada por los accidentes
  • Gran Bretaña quedó fuera de juego en la final al zozobrar nada más salir


10 de octubre de 2021

Todo estaba preparado en Cádiz para vivir la segunda y última jornada del Gran Premio de España de SailGP. El viento de levante apareció con fuerza en la bahía de Cádiz y el F50 Victoria fue el primer en sufrir las consecuencias. Mientras navegaba en mitad de la bahía de Cádiz camino del campo de regatas, una fuerte racha hizo que se levantaran los timones y Phil Robertson perdiera el control del barco yéndose hacia adelante y en consecuencia volcara rompiéndose la parte superior de la vela-ala. La tripulación española formada por Robertson, Florian Trittel, Diego Botín, Joan Cardona, Mateu Barber y Jordi Xammar; no sufrió ningún percance. El barco español se retiraba debido a los graves daños en su vela mayor. Pero esto no quedó ahí, en la gran final que disputaron Gran Bretaña, Australia y Estados Unidos nada más salir, el equipo británico patroneado por Ben Ainslie, le ocurría lo mismo que minutos a los españoles y volcaban a los pocos segundos de tomar la salida, con lo que la final se convertía en una regata a dos entre australianos y americanos, con triunfo para los de Tom Slingsby de forma autoritaria.

Florian Trittel estaba tocado pocos minutos después del accidente: “Me emociono sólo de pensarlo, por que iba a ser un gran día hoy para todos nosotros aquí en Cádiz” y relataba como había ocurrido todo: “Salimos con mucho viento, por fallos nuestros en la primera maniobra de arribar, que es también la más arriesgada, se nos ha descontrolado el barco y pinchamos de proa acabando en una volcada y esto ha hecho que se rompiese nuestra ala y en consecuencia muchas más partes del barco”. El wing trimmer del barco español se mostraba triste por la situación: “En el momento de volcar sabíamos que había acabado y desde aquí quiero pedir perdón a todo el mundo que ha venido a ver el show hoy y que no se la hemos podido dar”. Este es el segundo vuelco del F50 Victoria esta temporada: “La volcada de Dinamarca fue muy progresiva y despacio. La de hoy con más viento en una arribada, más brusca y mucho mas extrema ha producido que tanto Diego como yo saliésemos disparados al ala del cockpit, estamos todos bien no hay ningún daño personal, es todo material, que es una muy buena noticia”. Trittel está convencido que “para nosotros era muy importante estar aquí, tan arropados por todo Cádiz y estoy seguro que España estará pronto arriba. Volveremos más fuertes”. Sobre el vuelco de Gran Bretaña: “Esta volcada de los ingleses, que son de los más expertos, demostraba que las condiciones eran límites”. Trittel cree que “hoy se había que haber usado la vela pequeña y no la mediana. Esta vela intermedia era navegable, pero con un riesgo mayor”.

Diego Botín, flight controller, era de la misma opinión que Trittel: “Sabemos que hoy iba a ser un día muy complicado debido al fuerte viento, íbamos con la vela intermedia pero no pensábamos que nos la íbamos a pegar a la primera arriba. Era la más complicada por la posición en la que estábamos y se nos acabó el día”. Y añade que “era evitable, podíamos haber hecho una arribada menos arriesgada, con menor velocidad, pero a posteriori es muy fácil verlo, de todo se aprende”. Sobre el evento de Cádiz “ha sido el mejor evento de calle, nos sentimos un poco en deuda con Cádiz y con España. Les debemos una y el año que viene volveremos a tope para devolverles lo que nos han dado”.

Phil Robertson reconocía que tienen muchas cosas que mejorar: “No puedo decirte que es lo que hemos hecho mal. Somos un equipo inexperto y las condiciones eran muy duras. Nos pasó en Dinamarca y nos ha pasado en Cádiz, es muy decepcionante. Tenemos mucho trabajo por hacer para estar listos para el próximo Grand Prix. Es una cuestión de arreglar los desperfectos, tenemos que seguir avanzando y aprender de ello”.

Sin el barco español, daba inicio el segundo día de competición, con lo que el numeroso público congregado en La Alameda, el Paseo de Santa Bárbara y el Paseo Genovés y las decenas de barcos desde el agua, no pudieron ver en acción al F50 Victoria. La regata se puso en marcha con vientos de 36 km/h y con sólo siete barcos en competición. Dinamarca sorprendía empezaría dominando y parecía que era la que mejor se adaptaba a las difíciles condiciones meteorológicas con vientos fuertes y con rachas que superaron los 25 nudos. Esto pero sería en los dos primeros tramos, rápidamente Nueva Zelanda y Gran Bretaña tomaban el mando y Japón se apuntaba a la fiesta. Era una prueba de auténtica supervivencia. Victoria de Nueva Zelanda, seguido de Gran Bretaña y Estados Unidos.

La segunda prueba del día daría los finalistas. Todo estaba abierto, no había favoritos claros en una jornada donde reinaba el caos debido al fuerte viento. Nuevamente salida rapidísima donde Nueva Zelanda que había ganado la anterior se iba para atrás, mientras que Gran Bretaña, Japón y Francia –que despertó- fueron los primeros protagonistas. Pero al final Australia fue quien se llevó el gato al agua, ganando la prueba, seguido de Gran Bretaña y Japón.

Estos tres barcos serían los finalistas en una final accidentada de nuevo, en el largo de salida Gran Bretaña, que se había mostrado muy firme hasta el momento, volcaba antes de llegar a la boya de desmarque, también sin consecuencias personales para la tripulación, con lo que se quedaban solos en la final Australia y Estados Unidos, en la que los australianos tomaron rápidamente la delantera y no dieron ni una sola opción a los norteamericanos, llevándose así el triunfo en el Gran Premio de España.