La bahía de Sydney vistió sus mejores galas para despedir a los participantes en la salida de la 79 Rolex Sydney Hobart, con viento de 15-20 nudos de componente noreste propulsaron y 104 equipos en liza.
Cinco españoles navegarán en dos de los máximos aspirantes a victoria en tiempo real: a bordo del Master Lock Comanche competirán el cántabro Pablo Arrarte (participante en seis ediciones y ganador de cuatro) y el catalán Joan Vila (con 12 participaciones y tres victorias); y en el Law Connect, el cántabro Antonio Ñeti Cuervas-Mons (con siete participaciones y tres victorias), y los canarios Simbad Quiroga (que se estrenó el año pasado con victoria) y Carlos Hernández (en su quinta participación y tras haber ganado también en 2023). La 79 edición de la legendaria regata oceánica del Hemisferio Sur comenzó bajo unas excelentes condiciones para la navegación y ante la atenta mirada de miles de espectadores apostados a lo largo de la costa de la bahía de Sydney o desde cientos de barcos. Dentro de la zona de exclusión, las 104 tripulaciones que aceptaron este año el desafío de completar las 628 millas náuticas (1.163 kilómetros) hasta Hobart, se preparaban para aprovechar los 15-20 nudos de viento con los que comenzaba la aventura. Rolex patrocina desde 2002 el evento y a su organizador, el Cruising Yacht Club of Australia (CYCA), como parte de un compromiso con el mundo de la vela que se remonta casi siete décadas.
La tradicional batalla por completar el tramo inicial hasta Sydney Heads y salir primero a mar abierto fue ganada por el potente maxi Law Connect (con los españoles Simbad Quiroga, Carlos Hernández y Antonio ‘Ñeti’ Cuervas-Mons), que superó en este sprint inicial a Master Lock Comanche (con Juan Vila y Pablo Arrarte). Comenzaba así el esperado duelo con sabor a revancha tras la victoria de 2023 de Law Connect sobre su archirrival en un final de infarto que se saldó con 51 segundos de ventaja después de 43 horas de regata.
Una edición rápida
El último parte meteorológico confirmó que será una edición rápida, aunque enfrió la posibilidad de superar el récord establecido por LDV Comanche en 2017, de 1 día, 9 horas y 15 minutos. Lo que sí parece claro es que las primeras horas pondrán a prueba la velocidad máxima de los barcos y la resistencia de sus tripulaciones.
“El parte confirma un inicio con bastante viento, con un norte que subirá a fuerza de temporal antes de que pase un frente frío cuando entremos en el Estrecho de Bass”, explicaba Juan Vila, navegante del Master Lock Comanche, antes de abandonar Sydney. “Ese frente cambiará la dirección del viento de norte a un oeste que nos propulsará hasta Tasmania. Típicamente, los oestes a sotavento de Tasmania (por la costa este) pueden convertirse en vientos variables y difíciles, todo un desafío para la navegación. Luego, remontar el Derwent es siempre una incógnita, es difícil que acierten los modelos, así que sueles tener que adaptarte a lo que encuentras”.
Para mejorar el actual récord, el primer barco debería llegar a Hobart alrededor de las diez de la noche del viernes, día 27. Vila lo ve complicado, pero no descarta acercarse a la mejor marca de la historia: “A priori puede que lleguemos con vientos del noroeste, así que no esperamos una calma muy grande al final, que suele ser lo habitual. La última estimación indica que podríamos llegar poco antes de medianoche del viernes”.
Devorando millas
Dos horas después de la salida, Master Lock Comanche había logrado una ventaja de cinco millas náuticas sobre Law Connect, ralentizado por los problemas con su vela de proa en los primeros compases de la prueba. En el momento de redactar esta información, el líder devoraba las primeras millas del recorrido a velocidades en el entorno de los 30 nudos para iniciar 24 horas vertiginosas que lanzarán sobre la flota vientos huracanados y tormentas. Alive, dos veces ganador de la regata y actual defensor del título, se confirmó como el primer retirado pasadas las 16:00h por problemas mecánicos. Le seguiría Transcendence Rudy Project, tripulado a dos, en esta ocasión tras perder el mástil.
Además de la batalla por la victoria en tiempo real, reservada a los barcos más rápidos, la Rolex Sydney Hobart pone en juego la famosa Tattersall Cup, que se otorga al ganador en tiempo compensado y a la que aspiran literalmente todos los participantes. La flota de este año incluye seis barcos que ya saben lo que es alzar ese codiciado trofeo, 23 equipos en tripulación de a dos, y varias leyendas de la regata, como el tres veces ganador Love & War o el “abuelo” Marítimo Katwinchar, botado en 1904.
La entrega de premios de la 79 Rolex Sydney Hobart se celebrará en Hobart el 31 de diciembre como colofón de la temporada mundial de grandes regatas.