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Joaquín Blanco_ILCA 7
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ILCA

Joaquín Blanco (1989 – RCN Gran Canaria – Canarias)

Estos serán mis segundo Juegos Olímpicos, los primeros fueron los de Rio 2016 también en ILCA 7.

¿Qué evolución has tenido en tus campañas olímpicas?

Empecé en serio a partir de 2012 cuando terminé los estudios universitarios y entre Rio y Tokio está ya es la tercera. En Rio fue bastante bien, empezaba desde muy abajo, pero fui subiendo el nivel y conseguí clasificar al país y ser seleccionado. Para los Juegos de Tokio estuvimos en un mano a mano con Joel Rodríguez y el consiguió clasificar, pero la verdad es que juntos también conseguimos mejorar bastante.

¿Ayuda la experiencia de esos años?

Todo es un aprendizaje. Muchas veces es un tópico decir que de las derrotas se aprende, no pero sí es verdad que cuando sufres una derrota o no consigues llegar a tus objetivos te replanteas más en serio en qué puedes haber fallado y opciones de mejora. Para mí supuso un momento clave y ha sumado para estar mucho más arriba que hace 4 años.

¿Cuáles han sido esos puntos de mejora?

A nivel técnico siempre se puede mejorar, y a nivel físico con el preparador siempre intentamos ir un punto más allá. Pero había un gran paso de mejora en el aspecto mental en cuanto a disfrutar, a preocuparse simplemente de lo que uno puede controlar, no dispersarse con problemas de fuera que al final suponen un desgaste que no es necesario, conseguí aprenderlo y con trabajo mejorarlo.

¿Estás preparado mentalmente?

Siempre se puede estar un poco mejor, pero sí, llego en un buen momento. El ciclo ha sido bastante positivo en cuanto a resultados, aunque el último mundial en Australia fue un poco flojo, pero en el anterior en La Haya cumplimos los objetivos con creces clasificando al país con un octavo. Es cuestión de saber que somos capaces y ahora es el momento de disfrutar de que van a doler las piernas, pero cuando llegue a tierra ahí están los fisios esperándome, y darlo todo para para intentar conseguir lo máximo.

¿Qué pasó en el mundial de Australia?

Creo que no llegamos preparados del todo. Las condiciones eran demasiado exigentes a nivel físico, con una ola un poco diferente a lo que habíamos entrenado durante todo el invierno y costó adaptarnos. Pero un toque de atención sirve para decir que hay que volver a apretar duro, levantarse y prepararse.

¿Cómo se ha vivido en el equipo el proceso de selección?

Cuando llevas tanto tiempo con un regatista de un nivel similar es algo que tienes asumido. Hay ciertas regatas en las que vas a todo nada, pero por suerte no basas tu vida en ir a los Juegos, En este ciclo han sido tres años de muchas regatas, alguna decepción, pero también muchas alegrías. El camino se disfruta y eso es lo que hemos intentado hacer junto con Gustavo Lima, nuestro entrenador, fortalecer el equipo y triunfar como equipo. Sólo va uno y es injusto, si yo pudiera cambiar algo sería eso, que si hay dos regatistas del mismo país con un nivel alto los dos pudieran ser olímpicos. Pero no es así, son las reglas del juego y es que ya lo sabemos.

¿Dónde han quedado tus estudios con estas campañas olímpicas?

Llegará un momento en el que me toque dedicarme a lo que en principio empecé, soy ingeniero industrial, pero todavía no sé muy bien qué será de mi vida fuera del campo de regatas. También hay otras posibilidades ,no todo es ser ingeniero, pero tengo la seguridad de tenerlo ahí que en algún momento puedo tirar de ello.

¿Ayuda la mente analítica de un ingeniero al deportista?

Yo creo que ayuda más ser deportista para ser un buen ingeniero, porque los valores que te inculca el deporte son muy grandes, por ejemplo, en cuanto a disciplina. Recuerdo estar con los compañeros en la Universidad y el que más aguantaba, el que era capaz de decir acabamos esto y lo hacemos era yo, simplemente por el hecho de que es una filosofía de vida, es lo que he hecho siempre.

¿Quién es para ti tu gran apoyo?

Mi familia que, aunque no tanto como quisiera, es con la que más tiempo paso. Especialmente mi mujer y, desde hace cinco meses, lo que me da fuerza es mi hija cada mañana y cuando me sonríe. Tengo que agradecer mucho a mi mujer, Mónica, que es la que tira del carro y me deja que yo tenga mi terapia de desestrés en el agua, entrenando en gimnasio, y me da fuerzas el saber que cuando llego a casa las tengo ahí.

¿Te gustaría que tu hija llevase tu estilo de vida?

Todavía es pronto y estoy un poco centrado en lo que tengo que estar. La frase de lo importante es participar está bien siempre y cuando hayas puesto tu máximo esfuerzo, creo que el olimpismo es decir voy a hacer las cosas y las voy a hacer bien, con ganas y voy a poner todo mi empeño. Luego puedes llegar hasta x altura, unos más y otros menos, pero sí que me gustaría que mi hija tuviera esos valores, poner todo de su parte para que las cosas salgan bien.

¿La vela tiene un plus en valores olímpicos?

Se habla mucho de las enfermedades mentales y de la higiene mental y creo que la vela es un deporte que aporta mucho en ese sentido al estar en contacto con la naturaleza. El barco depende de tus acciones, pone a prueba tus habilidades y no solo es un deporte físico, sino que hay que tener estrategia. Además las regatas duran una semana, hay que saber controlar muy bien las emociones, hay que ser muy constante y eso yo creo que otros deportes no lo tienen. La vela tiene muchas cosas a tener en cuenta y al final genera personas muy completas.

¿Qué representan para ti los Juegos?

Es el objetivo final de este deporte. La vela no es un deporte muy popular a nivel de medios, pero cuando llegan los Juegos Olímpicos sí es un deporte que se puede equiparar con el que más y todo el mundo se esfuerza por llegar lo mejor posible a ese momento. Si quieres formar parte de eso también te esfuerzas en conseguirlo.

¿Cómo lleva un deportista pasar del anonimato a estar en el centro del foco?

Yo sé muy bien quien soy y no me va a cambiar nada el que haya una cámara delante o no y la gente que me conoce sabe que es así.

¿Una medalla no te va a subir los humos?

¿Una medalla? Ojalá! Pero el día siguiente de conseguir la medalla es un día nuevo y quieres la segunda.

¿Qué queda de aquí a los Juegos?

Sobre todo conocer un poco más Marsella. En la preolímpica acertamos bastante la estrategia y es un sitio que se puede adaptar mejor a mí y podemos hacerlo bien. Sólo quedaría que esa energía que me da ser el representante, usarla en cada entrenamiento, darlo todo para llegar lo mejor preparado posible y sacar el mejor resultado.

¿Cuál sería un buen resultado?

Me gustaría hacer un diploma, en el mundial del año pasado lo conseguimos, y sobre todo pelear por estar arriba. En la clase ILCA nunca hemos entrado ni siquiera en Medal Race y hay camino por hacer, pero quién sabe, hay que prepararse al máximo y navegar mejor posible. Creo que en la flota no soy menos que nadie ni más que nadie en ILCA la competitividad es máxima y las diferencias son muy pocas, será una regata de tener mucha consistencia y estar delante siempre puede llevarte a hacer muy buen resultado.

¿Hay vida después de Marsella?

Ahora mismo pongo todas mis energías en un conseguir este objetivo y claro que hay vida. Yo valoro mucho que en casa me esperan y en ese sentido no hay presión añadida.

¿Cuándo tu hija tenga 10 años qué le contarás?

Me gustaría que ella también navegará y muchas batallitas le contaré, supongo que tengo algunas regatas grabadas a fuego y le contaré esas historias.

¿Por qué elegiste una clase individual?

La decisión de navegar en ILCA la tomé desde muy pequeño, con 14 años. Quizás por tradición pues en mi club había un grupo fuerte de regatistas de ILCA, la otra opción era el 4 20 pero me atraía mucho depender de mí mismo. Había oído historias de gente buena que empezaba con alguien y el nivel del compromiso de esa persona no era el mismo y entonces tenía que buscar a otro y eso no era algo que quería que me pasara, quería que dependiera simplemente de mí. Y también me atraía bastante el hecho de un barco monotipo que solo dependa del patrón, no tener que estar volviéndome demasiado loco con material y también el tema económico pues es importante que es la clase más asequible y no hay tanto impedimento por tema económico. Físicamente es exigente y no es mi punto fuerte, igual hubiese disfrutado más haciendo carrera en otra clase, pero hay otras cosas que sí me atraen mucho.